jueves, 16 de mayo de 2013

¡No hay muerto bueno!

Probablemente, una vez más esté sacando a flote mi gran inconformidad con todo lo que pasa en el país del "des-sangrado" corazón de Jesús y por eso el título.

"Tan buena gente que era fulanito", "Se distinguió por su don de gentes", "Nunca lo conocí de mal genio"... ¡Mentiras! Todos los seres humanos han hecho algo vergonzoso, unos más que otros.
Hoy, el parroquiano que desató mi ira, hace poco más de un año es un ex alcalde... Si, lo sé. Muchos pensarán que casi todos los "ex" son una verdadera tortura y peor aún si hablamos de los "ex" políticos. 

Pues bien, yo no había nacido, pero ha atentado contra lo que por derecho nacional me corresponde y es un  Parque Nacional bellísimo, (Farallones de Cali) y que por inescrupulosos narcotraficantes (en todos los aspectos se ve su mano negra), personas de escasos recursos que viven en invasiones en ese sector y por supuesto, el parroquiano, protagonista de mi indignación... Aunque claro, no es el único. 

En 1978, el ex alcalde, ya fallecido, Ramón Sinisterra Barberena, compró un predio del parque. Fue una de las primeras apropiaciones ilegales que hoy por hoy ya nos dejan sin cerca del 20% de los Farallones. Sinisterra Barberena traspasó el lote a nombre de la empresa familiar (por cierto, es familiar muy cercano a los Carvajal... Si los mismos de la famosa empresa y más cercano a Amparo Sinisterra de Carvajal... Así uno se da cuenta que ser de "buena familia" no significa que el apellido vaya de la mano con la transparencia"). Aunque se supone que ya hay acciones legales para la recuperación del predio, no hay nada materializado y el predio no se devuelve a la Nación.

Así ha pasado con Ricardo Cobo y Beatriz E.Ramírez, ex directora del DAGMA. Ellos también hicieron su "agosto" con los predios. Cobo compró y Ramírez fue la líder negociadora. ¿Increíble, no? Cabe recordar y para los que no saben, Ricardo Cobo, también fue alcalde de la ciudad.
Y como si fuera poco se rumora que la familia del actual mandatario, Rodrigo Guerrero, tiene predios en los Farallones, él dice que no tiene nada que ver lo uno con lo otro... Pero con tanto atentado ecológico y apropiación ¿Cómo seguir creyendo?

Sinisterra Barberena no fue el único, eso es claro, pero fue de los primeros, además, funcionario público. Él como pocas personas, tenían el deber de proteger ese patrimonio del que, como tituló el diario El Espectador, se hizo una "Feria de predios", de la cual él salió beneficiado. Lastimosamente y lo digo aunque suene muy cruel, inhumano o insensible, él ya no tendrá como responder por el "detallito", pues es imposible dar la cara a los organismos de control desde el más allá y nosotros posiblemente no podamos recuperar esa parte de nosotros, tan tradicional y que hasta escenario de caminatas de secuestrados ha sido.  

Si quieren la información detallada, aquí está el informe que presentó El Espectador, hace casi un año y que por cierto no tuvo eco en Colombia... ¿Será que yo me pego de cualquier cosa para hacer un escándalo?, pero qué raro que todos si se hayan comprometido con Parque Tayrona... ¿Será que ese es más bonito?. Ya sé... Es que somos de la provincia.


lunes, 25 de febrero de 2013

Sin víctimas no hay delitos


En Colombia se conocen los casos más alarmantes de violación de DD.HH. en cuanto al contexto del conflicto armado se refiere. Sin embargo al hablar sólo de las balas, los crímenes de Estado y la eterna disputa ideológica que nos ha dividido en bandos enfrentados, olvidamos erróneamente que detrás de todo ese marco ilegal hay niños reclutados, secuestrados civiles y de la fuerza pública, poblaciones destruídas y víctimas mortales, desplazados y mutilados por minas antipersona que demandan de manera urgente la reparación a su daño, compañamiento de los diferentes órganos de control del Estado.

Por el contrario, la justicia, verdad y reparación no ha sido tan acertada como se planeó en la teoría, pues llevamos años indultando a los diferentes grupos al margen de la ley, siendo las víctimas esa cuota de sangre obligada en esta famosa lucha antiterrorismo, pero a la vez, el capítulo prohibido en las legislaturas nacionales, los diálogos de paz, el diario vivir, los libros de historia y la agenda unilateral del gobierno de la prosperidad democrática.

De ésta manera y según el reporte difundido por el Miami Herald en diciembre de 2012, Colombia es el país latinoamericano con mayor número de desaparecidos por encima de la guerra sucia argentina y la dictadura Pinochet, en Chile, dando un portazo a la defensa de los derechos humanos, el estatuto de Roma y todos los tratados y convenios internacionales.
Mientras no se emprendan acciones judiciales, nuestro conflicto seguirá siendo cifras, notas periodísticas, comunicados oficiales y análisis de abogados penalistas y cientistas políticos. Y esa no es la vía de la paz. 

Por eso el primer paso que por obligación se debe dar en la ruta hacia la resolución del conflicto armado colombiano, es el reconocimiento legítimo de todas las víctimas sin excepción, ni proselitismos políticos, la posterior reparación y debida judicialización de los victimarios. De lo contrario pasaremos otro medio siglo en el mismo pantano, en el que estamos hace más de medio siglo, haciendo fiel cumplimiento al adagio popular que quien no conoce su historia, está condenado a repetirla.